
Según cuenta el instructor, se encontraba en un apartamento de dos plantas con una amiga. Sincronizaron sus relojes y le contó que le enviaría energía reiki en algún momento entre las 8:30 y las 9. Se fue a otra habitación, se sentó confortablemente y a los 15 minutos, a las 8:45, bajó las escaleras. Recién a las 9 comenzó a enviar reiki durante 10 minutos, pero su intención era que la muchacha lo recibiera a las 8:40, es decir, 20 minutos antes de cuando comenzó realmente.
Tamaña sorpresa se llevó cuando habló con su compañera. La muchacha anotó en un papel que a las 8:42 comenzó a recibir señales de reiki. Casualmente, a las 8:45 Philip se encontraba bajando las escaleras y no comenzó a enviar señales hasta las 9. Evidentemente, las enseñanzas de su maestro eran ciertas.
Esta teoría del reiki no hace más que reafirmar que el tiempo, tal como lo conocemos, no más que una ilusión. El reiki puede desafiarlo y hacer que la energía vaya para adelante o atrás en la línea temporal.
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