Con bastante asiduidad oimos hablar del perdón y los conceptos asociados a él. Podría citar cientos de frases que leemos y oimos a diario más espirituales, más dogmáticas, o más terapéuticas. Hemos sido atravesados desde hace mucho tiempo por conceptos muy dogmáticos del perdón que no han servido demasiado para clarificar el concepto, más bien nos han cargado más de angustias y de culpas.
Lo cierto es que el tema del Perdón muchas veces genera polémica porque tomamos al Perdón como una dádiva, un regalo que Yo le doy a ese otro que me hirió, y justamente aquí está el nudo de esta madeja de confusión que me genera el Perdón.
Mientras yo enredo mi Ego al Ego de otro, cuando me olvido que soy mucho más que mi cuerpo, mi mente y lo que este mundo de las formas y la materia densa me dice que soy, me va a costar muchísimo entender el real concepto del Perdón y desde este lugar hasta las más maravillosas y elevadas frases sobre el tema lo único que van a hacer es angustiarme aún más. Porque desde estar parados en este lugar si yo leo: " Quien no sabe perdonar, no sabe amar", por ejemplo, lejos de ayudarme a resolver este tema va a generar que encima yo mismo me cargue con la idea de que "además, de todo lo que he sufrido por lo que me han hecho tengo que pensar que soy una bestia que no sabe amar"...
Antes de continuar quiero dejar en claro que el Perdón, no es una obligación (en sí nada lo es, solo debo asumir las consecuencias). El Perdón es una opción y puedo tomarla o no, pero también debo tomar en cuenta que es una opción por demás saludable para MI fundamentalmente ya que el no tomarla puede generarme unas consecuencias negativas y dolorosas por seguir cargando con mi dolor, con mi rencor a cuestas envenenando literalmente mis células, mi vida toda.
El punto que comienza a desenredar esta madeja es el salirme del Ego,tomar conciencia de que yo no soy mi Ego, no soy mi mente, ni mi cuerpo, no soy este personaje que creo que soy, simplemente juego este rol en mi camino de aprendizaje en la tierra en esta fascinante pero, muchas veces, no muy fácil tarea de trascender mi Ego y así realizarme en todo mi esplendor.Bien, ese otro es otro ser idéntico a mi cumpliendo esta misma tarea.
En definitiva: somos dos seres humanos buscando realizarnos, cada uno a su manera, con sus formas y con sus bagajes a cuestas.
Estamos transitando, cada uno a su manera el mismo desafío, y todos cometemos errores. Lo que uno siente que el otro le hace a uno, en realidad no es tan así...El otro hace lo que le sale y como le sale. ¿Quiénes somos para juzgarlo?. Eso es lo que hace el Ego, ahí es donde me olvidé una vez más que soy un Ser divino, viviendo esta desafiante experiencia de realizarme espiritualmente como humano. Si lo puedo observar, aunque sea por un instante desde este lugar seguramente pueda sentir hasta compasión por esa otra persona que está haciendo lo que puede con su humanidad, todos cometemos errores y todos estamos acá para aprender.
Ahora bien, una vez que entendemos esto. ¿Significa que me junto todas las tardes a tomar mates con ese otro?. No, no necesariamente. A partir de que yo pueda haber realizado el perdón, el cual es mucho más que un concepto, es todo un proceso...Habrá vínculos que puedan ser recuperados, y habrá otros que no , depende bastante del trabajo de crecimiento que esa otra persona realice también con si misma. Pero, no nos desenfoquemos porque en realidad, ese no es el objetivo del perdón. O sea, si sucede es maravilloso. Pero no es ese el objetivo, el objetivo es resolver, liberar todo ese rencor, todo ese dolor, que al único que daña, al único que envenena sus células es a mi. Aún, si cargado de rencor decidiera tomar una represalia hacia el otro. El karma que me generaría sería mío y el cuerpo envenenado por el rencor seguiría siendo el mío. Si,el otro también tendrá el suyo, nadie escapa de la Ley de Causa y Efecto, nadie escapa de lo que genera.Pero ese no es el punto: viniste a realizarte divinamente en este plano material, a esta escuela la estás transitando vos, vos estás a tu cargo, tu crecimiento está a tu cargo y al de nadie más.
Por eso, perdonar es el mejor regalo que puedo hacerme a mi mismo limpiando por completo mi vida del veneno del rencor y del dolor, siendo un ser libre realizándose en amor sin prisa, pero sin pausa trabajando en mi crecimiento, en mi evolución.
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