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miércoles, 29 de agosto de 2012

EDUCANDO AL NUEVO NIÑO: FORMANDO AL NUEVO HOMBRE

Si  miras las caras de  los niños cuando llegan, 
nuevos de la fuente de la vida percibirás unja cierta presencia 
que no puede ser nombrada; innombrable, indefinible.
Osho





¿Qué debo hacer para educar a un niño en espiritualidad cotidiana, en un cierto despertar de consciencia?

En realidad, yo debería decirles que no debemos hacer nada. Ese puede que sea uno de nuestros mayores errores, hacemos demasiado...

Cada niño es una semilla y cada semilla ya tiene un determinado árbol dentro de sí misma...
El niño ya es..., y nuestra labor como padres es la de entrenarlos, acompañarlos y apoyarlos para ayudarlos a descubrir lo que ya son. No puede existir mayor error que ensuciar, contaminar la mente de un niño con ideas que luego, van a convertirse en obstáculos  en el camino del descubrir su verdadera escencia.  El niño es consciente, pero libre de pensamientos debido a que el niño solo vive en el Ahora. Esa es la cara original de todo niño.

La verdad, es muy simple, no se trata de ponerlo a meditar ya que el niño vive en estado meditativo al vivir en el aquí y ahora. Eso es lo que debo conservar, el niño vino con esa sabiduría innata. No necesita aprender a vivir en el aquí y ahora, somos nosotros los que lo hemos olvidado perdidos en el pasado o en el futuro y los que debemos, reaprender a volver a ese estado, recordar como era vivir en el aquí y ahora.

Ponernos a observar a un niño es un verdadero placer y puede que sea la mejor de las enseñanzas válidas por cientos de cursos...Simplemente observándolos. El niño se involucra totalmente con este instante, el ahora, lo único real. El niño pinta, o juega con sus autitos y se pierde en esa actividad, es absolutamente meditativo por naturaleza. No le hace falta aprender a estar en un estado de "no mente", ya que el niño vive en ese estado, el niño está totalmente vivo, el niño no es mente, el niño siente...

Nosotros solo debemos acompañarlo educándolo en valores humanos ( perdón, humildad,servicio,gratitud,fe,amor,paz, bondad, alegría, unidad,verdad, amor, respeto, integridad,amistad ) pero esta educación no va a realizarse por recitarle al niño una y otra vez esta lista de valores humanos de diferentes maneras. El niño nos observa y nos imita todo el tiempo ya que sus padres somos su única referencia válida para él. Entonces mi trabajo va a ser el de brillar cada vez más yo actuando acorde a estos valores, para luego sí poder reafirmar mi accionar con mis palabras pero es mi accionar lo que importa. Somos el espejo en donde nuestros hijos se miran, por eso debemos ser todo lo luminosos, todo lo dichosos, que queremos que él sea.
Eso que deseas para tu hijo, debes serlo vos primero.

Debemos dejar que el niño sea un experimentador del mundo sin condicionarlo de ninguna manera. El niño no es un  recipiente vacío que yo debo llenar, ni una pieza de arcilla que debo moldear. El niño, es una pieza de mármol que guarda en su interior la escultura terminada. Nuestro trabajo, como el del artista, es quitarle lo que le sobra para que se pueda ver la obra.
Recuerdo una pequeña anécdota que creo que puede servir. Mi hijito había comenzado a caminar hace poco y le fascinaban las escaleras. Cuanto más grandes, más largas, mejor. ¿De qué hablo cuando digo que debo dejar que sea un experimentador?. De dejarlo subir la escalera. Estoy segura que una buena porción de padres, no lo dejaría. El punto está en dejarlo que suba la escalera, y yo estar allí parada detrás de él para cuidar para que no se haga daño, pero no coartarlo, no privarlo de la experiencia...

Vivimos llenado a nuestros hijos de condicionamientos que parecen inocentes, pero son terribles condicionamientos negativos. Por temor comenzamos a conducir al niño hacia un camino determinado, que nosotros teníamos elegido de antemano y no lo respetamos. El niño merece todo nuestro respeto, no es nuestro juguete.

El niño merece todo nuestro respeto, ya que está mucho más cerca de la divinidad. No los obliguemos a ser quien nosotros querríamos que sea.
El AMOR y el RESPETO pueden ayudarlos a entender mejor el mundo. Esta vida es un precioso regalo, hagamos todo nuestro esfuerzo para que conserven su rostro original y recordemos que el niño es el padre del hombre. Nos incumben los niños, todos los niños y no solo nuestro hijo. Actuemos desde el lugar que actuemos, padres, tíos, abuelos, maestros, etc. Seamos cada vez, más brillantes, cada vez más virtuosos, enseñemos con nuestro ejemplo.

Recordemos: EL NIÑO ES EL PADRE DEL HOMBRE...
¿en qué sociedad querés que vivan tus hijos?

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