EL FRASCO DE LOS BUENOS MOMENTOS

Escuché un bello cuento una vez, de la maravillosa narración de Jorge Bucay que me marco y dejo huella.
El mismo contaba la historia de un pueblo en cuyo cementerio había lapidas extrañas donde figuraba el nombre y una cantidad de años.  Por ejemplo: Carlos Gomez - 7 años. Horrizado el peregrino del cuento creyendo que éste era una suerte de pueblo maldecido donde nadie llegaba a la adultez, pregunto a un lugareño que pasaba...
Este enseguida le explico que era costumbre del pueblo regalar a cada niño que nacía una libreta q llevaría colgada al cuello de por vida y en la cual anotaria solo los buenos momentos: los momentos de paz interior, alegría genuina, emoción, etc. Esos momentos, en los que somos divinos...y lo mejor de nosotros se pone de manifiesto . Por ejemplo: " Hoy él me ha dado nuestro 1er beso: 45 segundos", así como llegaban en este extraño pueblo las lapidas solo a 17 años con suerte. Porque, creian los lugareños que en los malos momentos no vivimos, no estamos , nos desesperamos, estamos en la mente , pergeniando y enredandonos. En los otros momentos, en los buenos, estamos en el corazón y son esos, los únicos momentos en que estamos ahí,  concientes, son los únicos momentos vividos y por eso los sumaban al final de un vida. Para saber cuanto se vivió.

Recordando esta bella historia hace dos años comencé a tomar la costumbre de empezar cada 1ero de año un frasco que se irá llenando a lo largo del año con los buenos momentos y que cada 31 con gratitud abrimos en familia, nos reimos, nos emocionamos y recordamos lo bella que es la vida, cuanta bendición nos rodea y donde está lo importante.
Te invito mañana a empezar tu Frasco de Los Buenos Momentos.