Procurá crear lazos que sean sanos, no enfermos con las situaciones , las cosas y las personas. En la medida en que un lazo sea sano vas a poder terminar con él cuando sea necesario, ya que desde ese centro de sabiduría que todos poseemos entenderás que esa situación o ese empleo o esa relación llegó a su fin, cumplió un ciclo ya no es nutritiva para ninguna de las partes, está seca y ya no es buena para nadie.
De otro modo, no podrás desligarte. Vas a seguir atado a esa situación o a esa relación y caerás en la toxicidad de esa relación, el estancamiento, la nada y tu lazo ahora será un lazo embebido en culpa pasando por las diversas faces que se deriven de ésta hasta llegar al más agudo rechazo.
Un lazo sano sea con lo que sea o con quien sea, te pone alas nunca te las corta, te estimula a hacer, a ser, a crecer en todo sentido en una retroalimentación positiva mutua y nutritiva, siempre cambiando, creciendo, floreciendo...
Escuché hace un par de días un cuento que me parece que ilustra de genial manera esto:
Estaba Nasrudín sentado comiendo una bolsa de esos ajíes que son super picantes totalmente colorado, resoplando haciendo fuerzas para tragar.
De repente, pasa un amigo y le dice:
_ Hey, qué haces?
_ Aquí estoy- dice Nasrudín- comiendo éstos ajíes
_Pero hombre, estás todo colorado...
_Sabés cuánto costaron?. Cien pesos!!- dice Nasrudín
_Pero te va a hacer mal seguir comiendo esos ajíes...
_No estoy comiendo ajíes-dice Nasrudín- estoy comiendo mis $100!!!!
Cuantas veces seguimos en una relación de cualquier tipo, un empleo, o sin realizar cambios en mi vida por pensar en todo lo "invertido" en éstas situaciones aún en detrimento nuestro...
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